Era la primera convivencia de la Escuela Universal de la Vida con hermanos y hermanos, venido de diferentes lugares de España y de Francia. Pasaba en la luz de la resurrección de Pascua, de las Reginas de Ille sur Têt y de la energía de Força Real. El sábado hemos anclada el pilar central de la mándala de luz de la fraternidad en Força Real.
Algo muy substancial ha pasado entre nosotros los días de Pascua. Estaba un paso, por momentos un poco difícil y confuso por cierto, en quien sentimientos, ideas y conceptos que nos condicionaban y limitaban, incluso espirituales, han pasado por la purificación de la energía de Força Real. Pero estaba un paso decisivo en la realización del sueño que tenemos todos dentro de nuestro corazón: realizar una grande fraternidad universal.
Hemos experimentado la energía de Força Real como una energía solidaria que pujanos mostrar las interactividades conscientes e inconscientes que existen entre los diferentes niveles de nuestros estados de ser. Estos niveles forman una escala de crecimiento de la energía del amor incondicional que reconocemos en nuestro corazón. Es una energía muy realista, interactiva e autentica. Nos conecta con las fuentes de nuestro origen (estado alpha) y las expresiones de nuestras posibilidades (estado omega) en el presente infinito. La liberación de estas fuentes que contienen los viejos aspectos de nuestras almas, guardadas al interior de nuestra tierra, es uno de los motivos del trabajo con el mándala de luz.
Entrando en la luz de su espíritu, ha revelado en cual nivel de armonía estuvimos, mostrando claramente lo que falta actuando en relación con él. Es imposible de esconderlo porque la transparencia es el propio de su energía. Cada exageración, manipulación o desequilibrio viene clarísimo, amplificándose hasta que muestra cada distorsión en su armonía. Ningún poder sea capaz resistir a esta fuerza porque su verdad es pura o inmaculada como el verdadera amor incondicional si mismo y nos desnuda todos de nuestros artificios y todo que puede manifestarse como distorsión de su realidad de luz irreductible.
Nos falta reconocer. Muchas cosas de Força Real no hemos visto. Quien ha visto la virgen de Força Real con su niño en las rocas ¿ Quien ha visto la puerta del sonido del corazón de la tierra ¿ Quien ha visto las colores de las rocas y la belleza del entorno como los lirios amarillos del coll de la Bataille, o reconocia los lirios blancos (asfódelos albas) ¿ Quien encontraba la puerta de Andromeda, de Dhalsivia o de Christopolis ¿ Quien ha solamente vista la belleza del lugar y entendía su enseñanza ¿
La esencia de una convivencia “real” es la alegría por liberación de abundancia de energía retenida. Hemos comprobado como nuestros conceptos, palabras y actos, tan espirituales que sean, necesitan la atención al entorno y el respeto concreto a todos que estan presentes. El amor incondicional no es solamente buenos sentimientos, buena voluntad y buenas intenciones. Es una presencia total en unión o acuerdo con el todo y todos en un espíritu de solidaridad. La pureza del corazón es armonía real en movimiento interactivo o solidario. No es suficiente de imaginar o pronunciar union, falta expresarla en conctreto, encima de las diferencias.
Pero gracias a la buena voluntad de cada uno, de las buenas intenciones de todos, aceptando mutualmente la transparencia solidaria necesaria, la alegría acaba finalmente al corazón de todos y liberaba la energía de paz, prueba de la manifestación de la Força Real. La paz se realizaba desde el momento que hemos expresado y aceptado que todos estamos iguales y libres en el servicio al conjunto non obstante las diferencias y que ninguno puede ponerse como único en el centro. Es la ley fundamental de la energía del corazón y de la fraternidad.
Nos hemos dado cuenta que la fraternidad “real” se vive solamente en total simplicidad, en total disponibilidad e en la completa presencia mutual, respectando las necesidades de cada uno en el conjunto. Esto ya supimos, pero nunca antes lo hemos tan conscientemente comprobado.
El clímax se expresaba al momento que el dueño del camping, en unión con todos, anclaba un cristyal al pie de un cerezo como confirmación de nuestra solidaridad común.
En este momento una columna de luz aparece...
La flor de cerezo, símbolo de la pureza, de la belleza y de la felicidad, representa, en cuanto a ella, la realización efectiva y activa de la nueva orientación de nuestro servicio al conjunto por la resurrección de nuestra conciencia en los dimensiones de la armonía del corazón
Hubert