La verdad

La verdad es transparente y clara como el cristal. Es sencillo y hace de todo y a todos desnudos, libres de cualquier ornamento, ordenación, privilegio o cualquier construcción artificial de los seres humanos. En su sencillez lo hace todo y a todos en sus lugares correctos. Se va a ver todo y a todos en su justo valor de servicio y en su contexto adecuado. Ella abre la puerta del mundo superluminoso del  Espíritu Universal o Santo de toda Creación.

Lleva hacia las relaciones justas porque ella ve en toda criatura las huellas de la fuerza, del amor y de la sabiduría del principio Original de toda la creación.

Estas huellas son las indicaciones de los dedos de Dios que indican el camino de la vida hacia la perfección divina.

-La verdad es generadora de abundancia. Demuestra que la vida se comparte y está compartida entre todos. Su significado profundo es servir en igualdad al mayor bien del conjunto, cada uno según su especificidad. No excluye sino que genera bondad (base).

-La verdad es portadora  de justicia. Pone las cosas y los seres en el lugar que les corresponde para  que se abra su potencial y el camino de su realización más allá de los límites de condiciones transitorias, pero teniendo estas en cuenta y haciéndolas  frente. No culpabiliza sino que  libera la fuerza de la vida con suavidad a través de compasión y perdón hacia su realización progresiva y positiva, rompiendo las  resistencias y volviendo aceptable lo que no lo  fue previamente. (El sentido de la pureza de lo sagrado).

-La verdad es garante de la paz. Conecta las fuerzas de la vida para comprender su naturaleza y su sentido de interactividad a fin de ser capaz de unirse. No condena sino que crea la distancia adecuada para dar razón a la amistad y la fraternidad (la complejidad vital).

-La verdad estimula la armonía de la interactividad entre todo y todos. Su naturaleza es comunicar para unir en la misma visión de solidaridad (el dinamismo del corazón).

-La verdad es la expresión autentica del Espíritu Santo o Universal que anima a todo ser vivo. Se conecta con el potencial de sus almas y hace que ellos asuman su realización. Por lo tanto los seres humanos entran  en su asunción del hecho que sea aspirado en el mundo superluminoso de su naturaleza divina. Este es el significado del Verbo Encarnado o del camino hacia Dios, el Padre.

-La verdad trasciende las apariencias de los límites del mundo de la manifestación. Se basa en el amor incondicional que sitúa y valora “todas” las diferencias en la unidad de la vida. Despierta la conciencia y la ciencia de síntesis que dan acceso a la Visión Holística o Santa (Visa) de la creación. Este es el significado de la transfiguración del Verbo encarnado por entrar en la experiencia de la verdad de Dios.

-La verdad es la celebración de la vida. Su sabiduría estimula a vivir la vida como un ritual creativo siendo la expresión del potencial del talento de cada uno. Transforma la fe en una realidad viva o eleva el ser en su realidad divina por la magia de su ascenso  en la luz de su inmortalidad por encima del mundo transitorio. Procura la realización, la satisfacción y la alegría de la vida divina.