Por donde va la tolerancia 1/2 (resumen charla 8 de septiembre en Barcelona, Nena casas)

Parte 1/2

El sentido de la palabra « tolerancia »

Viene de tol (elevación),  tula, en sánscrito=balanza, eliminando los excesos y tele (lejos)  y er-ancia (de are: acción de ir lejos come estado de ser,  más lejos que la norma o la ley en vigor o aceptadas pero en balanza (armonía).

Tolerancia es un estado de ser que va enzima de los límites y las convenciones normales. Crea una balanza o armonía fuera del común en un mundo donde el paradigma de la dominación prevalezca.

Tolerancia es crear un equilibrio entre oposiciones, formando un “centro neutro mediador”, no es una actitud pasiva pero interactiva. No es pasiva como la indiferencia que acepta cualquier cosa o acto. La tolerancia es el elemento  selectivo de unión en el  proceso de armonización del mundo. Es el propio de su mecanismo  de interactividad o la actitud positiva par excelencia para la transformación del mundo.

Una cualidad del corazón

La tolerancia es la primera cualidad del corazón, fundamental para su papel de armonizar y transmitir informaciones. Se expresa y se refleja:

-       al nivel físico para la regulación del pulso (vibración/condición)

-       al nivel emocional para la elección de los sentimientos (inmunidad/magnetismo)

-       al nivel mental para la interpretación de las percepciones (resistencia/coherencia)

-       al nivel supramental para la organización de las informaciones (flexibilidad/evolución)

-       al nivel causal(efectivo) para las palabras, ideas y los actos (talentos/originalidad)

-       al nivel búdico(relacional) para el carisma del nivel de conciencia (amor/radiación)

-       al nivel divino para la creatividad como celebración de la sabiduría de la vida. (realización de la sabiduría de nuestro ser divino)

Condicionamientos y bloqueos

Cada nivel conoce los mismos bloqueos o impedimentos pero de otra naturaleza según el contexto físico, emocional mental, supramental, causal, espiritual o divina. Dominación, imposición, fijación, generalización, obsesión, no receptividad  y falta de confianza están los bloqueos que se encuentran en cada nivel perro en un contexto diferente. Siempre se tratara de un problema de armonización o de equilibrio en relación con las exigencias de interactividad, evocadas en una situación dada, entre el yo y el otro, entre la conciencia individual y la conciencia colectiva. La causa es la falta de conciencia individual o colectiva en el presente o en la memoria de ellas. Nuestro grado de tolerancia es relacionado con el nivel de nuestra conciencia tan individual que colectiva.

Al nivel individual es condicionada por las experiencias de nuestras vidas anteriores, también fuera de la esfera planetaria. Más directamente es condicionada, desde nuestra nacimiento, por las condiciones familiares (ascendentes, padres…), las del entorno y por las experiencias de nuestro engrandecer en todos los sentidos. Al nivel colectivo es condicionado por el grado que la conciencia colectiva se liberaba del peso ciego de la masa inconsciente. Hay entonces una interactividad entre el plan individual y colectiva 

Cada vida nos encarnamos buscando situaciones .que convienen lo más para engrandecer nuestra tolerancia a través de fastidios lo más apropiados. La tolerancia es efectivamente el parámetro de nuestra evolución que realiza en concreto nuestra potencial a todos para entrar en la omnipotencia, omnipresencia y omniconsciencia cósmica o divina de nuestro ser superior.

Podemos aquí hacer una comparación con el árbol de la vida
.

La conciencia individual forma la base del tronco, sus raíces bajo de la tierra. La conciencia individual es de si-mismo limitada por los límites de nuestros condicionamientos y  bloqueos como hemos explicado antes.

Para alargar la posibilidad de tolerar más luz o iluminación, necesitamos nuestra abertura a la luz, fuera nuestra propia sombra y ella de la inconciencia colectiva del interior de la tierra, que nos mantiene dentro de su peso ciego.

Para eso, nos falta crear el tronco colectivo del árbol de la vida con el amor incondicional de nuestro corazón. El tronco es el trabajo de nuestro descondicionamiento por nuestro trabajo de armonización individual y colectiva. Es decir que purificamos nuestro anclaje en el mundo de la manifestación, dando a nuestras raíces, gracias a la luz que integramos (la voluntad del Padre) los alimentos celestes y su agua para que crezca el tronco o la energía de nuestros corazones unidos. Así Jesús decía estoy el tronco, ablando desde estel aspecto de unión “crístico” o el espíritu de unión divina. Es la energía real de tolerancia, de comunicación, de armonización y de solidaridad. Es la energía que se libera creando el acuerdo entre las raíces y las ramas con sus hojas que captan la luz espiritual de las realidades de conciencia superior por amor incondicionado o energía de amor puro.

Nuestro desafío en el mundo actual es crear esta unión entre los dos mundos de arriba y de bajo por medio de la energía libre del corazón. Es mediadora, neutra, armoniza y une los polos opuestos en acuerdos como lo hace nuestro corazón físico. Es la unión de nuestra conciencia individual limitada con la conciencia colectiva divina, por la realización de la fraternidad universal y de la solidaridad entre nosotros.