En las charlas,
trabajando sobre el contacto con el alma, venia claro que muchas personas
tienen un problema de comprender el alma. Por tanto es difícil de saber cuál es
la voz de su alma y saber cuándo uno actúa desde su alma.
La naturaleza del
alma contiene una contradicción desde
el punto de vista de nuestro mental que
separa el mundo abstracto del mundo
concreto. El dinamismo de la energía universal es de naturaleza completamente libre y por tanto
abstracta. Nos damos cuenta de ella por sus efectos provocado por la animación
de manifestaciones en condiciones
concretas. Llamamos a la causa de estos efectos la fuerza de evolución o de animación del alma. Esta fuerza creativa de animación en la creación es lo
propio del alma única y universal.
Como la energía
universal se manifiesta por medio de diversificación en formas más o menos
luminosas o densas percibimos que el alma universal se subdivide según el
potencial de las formas que concretizan
este dinamismo del universo. Entonces hablamos de diferentes almas desencarnadas
y encarnadas, de almas ascendidas, de familias de almas…como fracciones o fractales del potencial dinámico del alma
universal única. Por tanto cada alma es un
holograma del alma universal como una onda de su potencial de energía pura,
parecida a una ola de mar movida por la misma fuerza. El alma es energía libre, abstracta, potencial de talentos o reserva del
genio de la fuente.
En si-mismo
abstracto, el alma se vuelve por su fractalización
concreta en el principio inteligente más o menos consciente que anima. Es lo
que llamamos el espíritu. De verdad
el espíritu es la individualización del alma, dándose conciencia a si-mismo. Como
cada alma, cada espíritu es una fractalización del Único Espíritu Universal. Por
eso es que funcionan como hologramas que pueden alcanzar a la unión original de
su fuente.
En realidad el
alma no existe sin espíritu. No son antes o después el uno del otro.
El uno es en el otro pero la dificultad de nuestra mente de división es superar
sus fijaciones en las contradicciones aparentes entre abstracto y concreto por
causa del dinamismo de sus diferentes niveles de materialización.
El alma es siempre un acuerdo dinámico, o creativo entre
- una causa (dinamismo, la voluntad o la semilla del Padre ),
- una revolución (recepción de canalización, la respuesta o
fructificación por individualización en el Hijo) y
- un efecto de actividad inteligente (la gestación de la inteligencia o
la "sofia" de la Madre). Este acuerdo se individualiza
en un espíritu o principio de conciencia de sí mismo que, por la
animación de su fuente creativa, tiende a materializarse.
El alma no es solamente el animador del espíritu sino que también hace
la conexión energética del espíritu con la energía universal del Espíritu
Universal.
Cada espíritu focaliza la energía
libre del potencial del alma correspondiente y de sus almas familiares. Forma
un vehículo de luz que es el efecto de las realizaciones de su potencial. Así
el Espíritu puede crecer según sus
realizaciones y ascender en el principio de unión de donde sale. Con él crece
también el potencial del alma que focaliza. El espíritu es a imagen de los
elementos celestes con sus diferentes estados de formación (nieblas, fracciones,
planetas), de concentración luminosa (estrellas), de crecimiento, de
transformación, de explosión, de fusión.
Cada espíritu
es una realización del potencial de la energía libre original. Es un acuerdo
más o menos luminoso de 4 fuerzas que
forman los diferentes niveles de los vehículos de concretización del alma por
el efecto del dinamismo de su potencial:
1. la fuerza de focalización
del potencial. Es la fuerza in-volutiva
(in-voluntad). Es la voluntad o la causa de individualización para concretizar
el potencial del alma. Es la luz
causal que proyecta la voluntad del propósito
del alma para concretizar su potencial (aspecto
Padre)
Forma el vehículo
espiritual causal. Es un superatomo (átomo virtual) como un corazón de
potencial luminoso de conciencia. Contiene el diseño del potencial del alma.
2. la fuerza de concretización
del
potencial. Es la fuerza re-volutiva (repuesta a la voluntad).
Es la capacidad de responder al potencial del alma. Es la luz gravitacional cíclica
que determina la concretización del potencial del alma según la
situación de encarnación elegida del alma (aspecto amor
de Hijo/Hija)
Forma el
vehículo transitivo de resurrección de luz. Es un superátomo (átomo-germen)
que durante la encarnación forma el corazón físico. Contiene el germen de la
conciencia crística (estado de unión con la fuente)
3. la fuerza de evolución
del potencial. Es la fuerza de li-beración.
Es la espiritualización o abstracción del potencial. Es la luz efectiva de
transfiguración que mediante
la realización del potencial de la conciencia se expande para convertirse
en dinamismo de elevación colectiva (aspecto sabiduría de la Madre).
Forma el
vehículo búdico de relaciones luminosas más correctas. Es un superatomo
(átomo inmortal) que permanece a pesar de todos los cambios. Contiene la
memoria de las experiencias realizadas por el alma individual y otras almas.
4. la fuerza fusional
del potencial. Es la fuerza de as-censión
(aspiración en la unión) Es el disolverse en el estado ab-soluto de la
realización universal y único de la fuente. Es la luz de síntesis quien
crea un acuerdo perfecto de armonía con el Principio Inteligente del
origen. La experiencia del potencial realizado se convierte en experiencia
universal (aspecto Cristo o Hijo/Hija absoluto).
Forma el
vehículo divino (Logos o Monada) del potencial. Es un rombo (ventana) o
puerta de ascensión al potencial de la conciencia universal. Une en un acuerdo
creativo los aspectos del potencial realizado en la creación como un estado de
unión consciente absoluto del alma con la fuente. Es un estado universal de fusión que se llama
el estado del Cristo-Buda (despierto) al cual cada alma esta llamada.
Los aspectos
del potencial de las almas, convertidas mediante su realización en experiencias
absolutas, ascienden al nivel del alma universal como estados particulares
Crísticos, disponibles para todas las almas. Llamamos, por falta de
conocimientos espirituales, a las almas que han realizado estas
particularidades del potencial de su alma: maestros ascendidos. Pero como los
talentos o posibilidades de nuestra alma se expanden en la medida que
realizamos su potencial, eso no quiere decir que se conviertan totalmente en
Cristos o hijos absolutos, totalmente ascendidos. El camino divino de
realización no tiene, ni comienzo, ni fin y no es solamente la realización de
un potencial individual. La voluntad del Principio Creador Universal es realizarse
con su esencia transpersonal en todo y todos.
Cuando nos
unimos creamos un acuerdo creativo que
- por nuestra voluntad, la intención de unión (o la causa: el Padre
dentro de nosotros)
- genera en la energía libre universal una revolución hacia ondas
adaptadas (o revolución- el Hijo)
- que tienen como efecto egregores de luz, portadores de información
inteligente de una conciencia de unión (gestación inteligente del grupo Madre)
que tiende a materializarse en otros en nuestro entorno.
Uniéndonos creamos así un alma colectiva a imagen del alma universal que
dinamiza o anima un espíritu colectivo mediante el hecho de que liberamos
la energía abstracta y libre universal por medio de la voluntad de canalizarla
en una unión consciente. Es gracias a eso que podemos mejorar el egregor
colectivo del planeta.
La intención de la voluntad de unión es una aplicación muy potente en la
transformación positiva del mundo. Si sabemos que estar en el estado de unión
del alma con todo el universo es estar en el estado crístico o del Cristo
dentro nosotros. Podemos mediante
nuestra unión en este estado incondicional generar la conciencia de la unión crística
en el planeta como el egregor más
positivo que podemos imaginarnos para la transformación del mundo. Es como
el jardinero que crea en su jardín la situación optima para sus plantas. Quien
no acepta lo que es benéfico para sí mismo.
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