La estrella de Pascua es como una flor, radiante
de colores de luminosidad intensa y armoniosa.
Hace resurgir en el
corazón de cada ser, dispuesto a la unión fraternal, la fuerza de la energía del amor infinito para la vida desde la fuente de su alma. Provoca
la alegría de la revelación divina de su inmortalidad. La unión fraternal supone el espíritu de solidaridad que prueba que cada uno de nosotros se siente sostenido, aprobado y animado en el servicio que vuelve al conjunto.
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