El primer nivel: los elementos (tierra, agua, fuego, aire) y los minerales: es el nivel de la expresión primitiva del amor incondicional al plan material-físico denso y es conectado con nuestro cóccix.
Los perispritales o cuerpos intermedios esenciales, en cual estos elementos primitivos se injertan, se alimentan continuamente con los principios “elementales” inteligentes de luz que afectan la tierra para concretizarse como diversos espíritus de la tierra.
Los elementales (helios-mentales: fracciones o elegidos de luz inteligentes) forman los ladrillos de las formas mas conscientes. Unen informaciones inteligentes y sutiles de luz con la sombra de energía más densa según un automatismo que sigue la ley de causas y efectos. Se trata de un automatismo fuera la conciencia de si-mismo. Son entonces conectado con el desarrollo del conjunto interactivo y creativo entre causas y efectos del universo que llamamos coincidencias de fatalidad o azar para indicar que escapa a nuestro entendimiento. Azar significa que es imprevisible para nosotros pero eso no quiere decir que es así en los planos superiores de la consciencia.
Pues, el perisprital absorba principios inteligentes de la energía universal hacia su forma material por un automatismo de concentración (o selección atractiva). Luego, los refleja en forma de difusión de rayos electro-magnéticos, más o menos visibles (luz) según la cualidad de reflexión de la forma material. En diferencia por ejemplo del espíritu del agua o del viento, los minerales tienen un principio inteligente que es relativamente resistente o inerte enfrente de su entorne por su carácter mas denso en la materia. Tienen elementos de información que tienen tendencia de mantenerse non obstante los cambios de su entorno. Por causa de ausencia de conciencia de si mismo todos estos elementales o elementos minerales están el terreno del automatismo de la subconsciencia. Pues, constatamos que la subconsciencia tiene diferentes grados de consistencia y de resistencia, lo que se refleja también en el ser humano.
Todo eso explica por un parte nuestras resistencias o rechazas automáticas y los automatismos de nuestras expresiones subconscientes. Se muestran a través de nuestra manera estereotipia de actuar, de hablar, de pensar y de reaccionar. Nuestra subconsciencia se manifiesta también por nuestras enfermedades, debilidades e imperfecciones en nuestras relaciones. Las causas de nuestra subconsciencia parecen imperceptibles. Pero están programaciones automáticas de defensa, de resistencia y de alarma sino de vidas anteriores, de la vida actual. Indican reacciones enfrente comportamientos que nos causaron molestias, incoherencias, falta de comprensión y falta de amor, bloqueando más o menos nuestras relaciones en ámbitos precisos. Es la razón también que en ellos estamos menos receptivos, que no escuchamos y que no vemos o mal, que no comprendemos o que tenemos dificultades a comprender. Es más difícil hacer atención en estos ámbitos porque es como si éramos sordos o ciegos para ellos. Ademas es difícil reconocer esto.
El subconsciente forma un especie de subpersonalidad oscura que escapa a nuestro control por causa que no podemos reconocerlo o que no podemos hacer la relación entre las causas y el mecanismo que provoca nuestras reacciones automáticos. Esto puede también llevarnos a un comportamiento desordenado, hay veces con necesidad de expresar violencia para superar tensiones o impulsos que no podemos reconocer enfrente nuestro entorno por miedo de juicio, de heridas o otras razones. Así, non obstante que se prueben, el ladrón no va reconocer sus actos . Los automatismos subconscientes impiden tomar el espacio de retraso y el tiempo para hacer la verdadera confrontación con la autenticidad de si-mismo, del entorno y del otro. Entonces la armonización para hacer la paz interactiva no es ya posible y la lógica de los conflictos gana el terreno de nuestras relaciones.
Observaciones: Los elementos y los minerales están básicos en nuestra vida. Están para nuestros huesos, músculos, nervios, de su funcionamiento y de su producción de energía. De su presencia depende nuestra condición de salud y nuestro humor del que depende nuestra actitud hacia nosotros mismos y los otros. También los minerales del lugar donde vivimos tienen una influencia más grande que generalmente reconocido. Los minerales forman nuestro potencial energético. Explica por parte porque en un lugar nos sentimos mejor que en otro y que hay lugares de sanación. Igualmente al nivel colectivo explica que el espíritu de una población es mas o menos abierto y que tiene calidades hay veces muy diferentes de otras. Todo eso pasa generalmente en un plan subconsciente e inconsciente e se expresa a través de patronos automáticos de actuar. Muchas veces la libertad de expresión es fundada sobre estos condicionamientos que en realidad significan limitaciones de nuestra libertad, lo que puede corresponde a un comportamiento duro como la piedra.
Los minerales corresponden al elemento tierra y la necesidad que nuestras expresiones tienen que estar concretas, realistas y adaptadas a la situación en que nos situamos para obtener un efecto que no escapa a nuestra conciencia. Maestrar esto potencial energético pide reorientarse hacia la naturaleza para vivir más integrado con ella, adaptando nuestras casas, comidas y vestidos en un sentido más oportuno y equilibrado. Es muy básico que compartimos todos estas primeras necesidades de la vida como expresión básica del amor incondicional. Sin esta solidaridad una sociedad no tiene coherencia porque falta la primera condición de justicia que automáticamente va favorecer y defender desigualdades. El reconocer de las necesidades básicas de la vida es el respetar el valor humano en cada uno como igual. Es un paso crucial en la liberación de la subconsciencia de la masa y de las subpersonalidades de tantas personas heridas. Podemos imaginar que cerca 80 por ciento de la población mundial no tiene acceso a sus necesidades. Es una amenaza directa para la paz !
Estas observaciones nos indican que muchas relaciones sociales están materialmente e espiritualmente condicionadas por automatismos que se mantienen por el peso ciego y automático de la inconsciencia de la masa que mantienen al mismo tiempo la inconsciencia individual. Liberarla de sus condicionamientos subconscientes supone una nueva comprensión del sentido de la realización del ser humano. La nueva enseñanza sitúa el ser humano de nuevo en su entorno de manera autentica e integral y no según conceptos quiénes lo dividen en castas o marchas en la escala materia-espíritu de la conciencia.
La moda, en su sentido largo, puede ayudar mucho en esto, dando direcciones que ayudan a reconectarnos regularmente con lo que es nuestra esencia y no para marcar la superioridad de nuestras diferencias con el otro o para ganar más o producir más sin verdadera necesidad.
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